El token en su definición más amplia, se considera una ficha criptográfica que representa una unidad de valor dentro de una blockchain. Al mismo tiempo, un criptoactivo es un tipo específico de token, por lo que tiene la misma definición y, a su vez, las criptomonedas son un tipo de criptoactivo, pero no el único existente.

Un criptoactivo es considerado un activo no tangible que posee un valor otorgado por el mercado. Como hemos visto dentro de ellos se engloban las criptomonedas, aunque existen muchos más tipos. En la actualidad hay más de 10.000 tipos de criptoactivos diferentes desde que en el año 2009 bitcoin abriera el camino.

Las criptomonedas son uno de los tipos de criptoactivos que existen, pero no son el único. Aunque es un universo en constante evolución por la naturaleza de esta tecnología, en este momento los criptoactivos (los tokens digitales) pueden dividirse en las categorías de recompensa, de utilidad, de seguridad, de acciones, criptomonedas, de dividendos y NFT’s.

Los criptoactivos existen dentro de las “blockchain” o “cadenas de bloques”. Esta tecnología supone un registro compartido e inmutable sustentado en la seguridad mejorada, la mayor transparencia y la trazabilidad instantánea que ofrece. Además de estas cuestiones que tienen que ver con la confianza, el uso de criptoactivos dentro de la blockchain puede traducirse en beneficios comerciales, incluido el ahorro de costes gracias a que aportan una mayor velocidad, eficiencia y automatización en todo tipo de transacciones digitales.

Los criptoactivos son considerados productos de alto riesgo por diferentes motivos. El principal es que éstos sufren fluctuaciones de precios repentinas y extremas (tiene alta volatilidad). Actualmente, también supone un alto riesgo su carácter especulativo, ya que el precio a menudo se basa exclusivamente en la demanda de los consumidores y en muchos casos no existe un valor real que los respalde.

Hasta ahora, la normativa que regula las obligaciones respecto a las criptomonedas no estaba bien definida y no existe una ley específica que regule todo el ámbito de los criptoactivos. Lo más cercano a una regulación es la Ley 11/2021, de 9 de julio, de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal, donde se plasman las obligaciones de los contribuyentes en relación a las criptomonedas. A nivel europeo, el día 30/6/22, la Unión Europea y la Eurocámara, han llegado a un acuerdo de propuesta para regular las criptoactivos, desde su autorización hasta su supervisión, pero todavía no ha sido aprobada.

Relacionado con la pregunta anterior, a día de hoy la mayoría de los criptoactivos y los productos o servicios relacionados no están regulados en la UE. Por este motivo no se pueden garantizar los derechos y las medidas de protección disponibles para los consumidores de otros servicios financieros regulados, tales como los mecanismos de denuncia o recurso.

Las siglas NFT hacen referencia a “Non Fungible Token” (Token no fungible). Un bien no fungible es aquel que no se puede sustituir. En ese sentido, los NFT guardan una estrecha relación con las criptomonedas, pero al mismo tiempo no son lo mismo ya que, por ejemplo, un bitcoin se puede intercambiar por otro bitcoin, puesto que tiene el mismo valor. Gracias a la tecnología blockchain a los NFT se les asigna una serie de metadatos inmodificables que garantizan su autenticidad, registran su valor de partida y tienen todo el historial de transacciones que se hayan hecho sobre el mismo.